Tal día como hoy en 1926 la escuadrilla Elcano realiza el primer vuelo entre Madrid y Manila
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Tal día como hoy en 1926 la escuadrilla Elcano realiza el primer vuelo entre Madrid y Manila

Los capitanes Loriga y González-Gallarza llegaron en Elcano a Manila bajo una escolta de honor del Ejército de Estados Unidos
Gallarza and Loriga (on the right) in a layover in Rangun.
De izquierda a derecha, Gallarza y ​​Loriga en una escala en Rangun
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Tal día como hoy pero de 1926 regresaba a España el Plus Ultra, el primer avión en realizar el trayecto de Europa a Latinoamérica con éxito. Ese mismo día, despegaban de la base aérea de Cuatro Vientos los tres aeroplanos que llevarían a cabo el vuelo Madrid-Manila. Las naves elegidas fueron Magallanes, López de Legazpi y Elcano, tres Breguet XIX biplaza que serían los encargados de protagonizar la segunda gran hazaña de la aviación española.

Fueron los capitanes Eduardo González-Gallarza, Joaquín Loriga y Rafael Martínez Estévez, junto con el comandante José Carrillo, que falleció antes de poder exponer el plan, quienes contemplaron la necesidad para la aviación española de realizar este viaje. En 1924 decidieron presentar la propuesta al director de la Aeronáutica, general Soriano. Esta propuesta se fundamentaba en que este viaje supondría un antes y después en el prestigio militar español, porque España demostraría a otros países "el grado de perfeccionamiento de su técnica aeronáutica y el entrenamiento de sus navegantes".

Fueron ellos mismos, Loriga, González-Gallarza y Esteve, los que pilotaron los tres Breguets que volaron a Manila. La elección de Filipinas como destino del viaje fue el pasado histórico. Fue la última colonia española fuera de la península y muchos españoles seguían viviendo allí. La expedición costó 85.000 pesetas de la época y estaba pensada para durar treinta días, pasando por veinte etapas, aunque al final solo realizaron diecisiete: Argel, Trípoli, Bengasi, El Cairo, Bagdad, Buchir, Bender-Abbas, Krachi, Agra, Calcuta, Rangún, Bangkok, Saigón, Hanoi, Macao, Aparri y por último Manila.

El plan de vuelo contaba con una valoración de riesgos, la etapa de El Cairo a Bagdad estaba contemplada como una de las más peligrosas debido a que se realizaba en su gran mayoría por el desierto y era de amplia longitud, de hecho, uno de los aviones tuvo que realizar un aterrizaje forzoso en medio del desierto debido a que el motor se paró a 950 metros del suelo que sobrevolaba en ese momento.

Los dos aviones que continuaron la aventura llegaron a completar la undécima etapa, el vuelo de Rangún a Bangkok, pero en el pequeño tramo de Raigón a Macao sufrieron otro inconveniente, un fallo en una soldadura en el circuito de agua produjo que le motor se agarrase y llevó al capitán González-Gallarza a estrellar el avión en Macao contra un árbol como aterrizaje de emergencia. Este choque dejó el borde de la nave destrozado y el soporte de las alas izquierdas doblado, aún así, los portugueses de Macao pusieron a disposición de los españoles a dos mecánicos de la Aviación Naval Británica que arreglaron el avión de Gallarza. Esto permitió que Loriga y Gallarza, bajo instrucciones de Madrid de volar en un solo avión, continuasen en Elcano la última etapa de su viaje a Manila.

Finalmente, el 13 de mayo de 1926, Eduardo González-Gallarza y Joaquín Loriga consiguieron llegar a Manila, donde doce aeroplanos de la Aviación del Ejército de los Estados Unidos les recibió con escolta de honor y con civiles emocionados ante su llegada.



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