Tal día como hoy, 29 de junio, pero de 1855, se desarrolla la Batalla de Rivas, un conflicto sucedido durante la guerra civil de Nicaragua entre el bando democrático y el legitimista. La contienda finalizó con la victoria de los legitimistas.
El bando democrático contó con el apoyo de 55 filibusteros de William Walker, un grupo que era conocido como los inmortales. Los demócratas solo querían el apoyo de los filibusteros para obtener la victoria, sin embargo, el objetivo de Walker era consolidar su presencia en el sur de Nicaragua y el norte de Costa Rica.
Una batalla decidida por el fuego
Con diferentes objetivos, pero unidos en la batalla, las tropas del bando democrático y los inmortales atacaron la ciudad de Rivas. Los disparos llenaron de agujeros de bala la ciudad y las trincheras. Además de los 55 hombres de Walker, 100 efectivos demócratas atacaron a las fuerzas legitimistas que contaban con 500 hombres.
Los filibusteros se refugiaron en una casona, lugar desde el que emergían las balas de sus armas. El maestro Enmanuel Mongalo y Rubio y el obrero Felipe Neri Fajardo, voluntarios del bando legitimista, lograron acercarse lo suficiente a la casona como para incendiarla, causando un duro golpe al ataque de los demócratas.
Los demócratas y filibusteros sufrieron 11 bajas y siete heridos mientras que los legitimistas acusaron 70 muertos y 70 heridos. A pesar de esta diferencia, el mayor número de efectivos de los defensores hizo que los filibusteros se retiraran hacia el puerto del municipio de San Juan del Sur.