El submarino O´Higgins de la Armada de Chile visita Valparaíso tras patrullar isla de Pascua
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El submarino O´Higgins de la Armada de Chile visita Valparaíso tras patrullar isla de Pascua

La actividad permitió vigilar y controlar las actividades de la flota pesquera en esa zona
Submarino SS 23 O´Higgins navegando en su último despliegue Firma Armada de Chile
Submarino SS-23 O´Higgins navegando en superficie en su último despliegue. Firma Armada de Chile
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El submarino SS-23 General O´Higgins de la Armada de Chile efectuó una recalada operativa en Valparaíso en el marco de un período de entrenamiento en la zona norte del país que incluyó el desarrollo de una operación de fiscalización pesquera oceánica (OFPO) en el área de Rapa Nui.

Como publicó Infodefensa.com, la presencia del submarino, junto a un avión Lockheed Martin P-3ACH Orion del Escuadrón de Exploración Aeromarítima VP-1 de la Aviación Naval en la OFPO, permitió controlar que las flotas pesqueras que navegan en la zona cumplan las normativas nacionales e internacionales de conservación de los recursos marinos.

El SS-23 General O´Higgins tiene sensores electrónicos, acústicos y ópticos para detectar y observar, desde la profundidad del mar, el paso de las embarcaciones, aprovechando las capacidades de sigilo, detección, permanencia y movilidad propia de este tipo de plataforma de combate, obteniendo registros fílmicos y fotográficos e identificando a los posibles infractores.

La labor de fiscalización permitió verificar que la actividad pesquera de naves pesqueras en alta mar se ejecute conforme a las normas internacionales que buscan la conservación, el uso sostenible de los recursos pesqueros y la protección de sus ecosistemas marinos, además de disuadir su eventual extracción no autorizada en aguas nacionales.

Los Scorpène en la Armada de Chile

El SS-23 General O´Higgins y su gemelo, SS-22 General Carrera, son submarinos diésel-eléctricos de última tecnología que han sido diseñados para desarrollar misiones de guerra antisubmarina, antisuperficie y operaciones especiales. Se caracterizan por su furtividad, persistencia en operaciones y potencia de fuego.

La incorporación de estas unidades es resultado del proyecto Neptuno que tuvo por finalidad reemplazar a los submarinos SS-22 Obrien y SS-23 Hyatt del tipo Oberon con una nueva generación de submarinos diésel-eléctricos. El contrato de construcción fue adjudicado al consorcio DCN/Bazán (hoy Naval Group y Navantia, respectivamente) y se firmó el 17 de diciembre de 1997 por una cifra de 420 millones de dólares.

Las empresas dividieron la carga de trabajo encárgandose el astillero galo de construir la sección de proa de cada unidad (cámara de torpedos, cámara de baterías de proa, cámara de mando/ acomodaciones) mientras que Navantia hacia lo mismo con las de popa (cono de cola con propulsión, cámara de máquinas y cámara de baterías de popa), enviando posteriormente cada una de estas firmas una sección para realizar el ensamblaje final.

El SS-23 General O´Higgins, el primer submarino construido, fue terminado y botado al mar por Naval Group en Cherburgo, Francia, y entregado a la Armada de Chile en septiembre de 2005. Por su parte Navantia efectuó este proceso con el SS-22 General Carrera en Cartagena, España y la unidad se incorporó en julio de 2006.

Capacidades de combate avanzadas

Los submarinos de la clase Scorpène tienen 66,4 metros de eslora, 8 metros de manga total incluyendo hidroplanos, 16,4 metros de puntal total y 5,4 metros de calado medio. Desplazan 1.711 toneladas sumergidos, una velocidad de 21 nudos bajo el mar y una autonomía de 6.500 millas náuticas a 8 nudos en superficie.

Las unidades disponen del Sistema Táctico de Combate Submarino (Subtics) de Naval Group y la suite de sonares TSM2233 MK 2 de Thales que comprende un sonar de casco de frecuencia media con sistema de búsqueda activa/ pasiva; un sonar cilíndrico de largo alcance de detección acústica panorámica en 360º que opera en modo pasivo; un sonar de interceptación de búsqueda activa; un sonar de flanco utilizado para detección pasiva y un sonar de alta resolución pata detección de obstáculos y minas

Las unidades chilenas disponen de seis tubos lanzatorpedos de 533 mm capaces de disparar torpedos pesados, misiles o sembrar minas. El sistema automático de manejo y recarga de los torpedos permite su disparo en salva. Cada submarino puede transportar un máximo de 18 torpedos o misiles o bien 30 minas. Su arsenal está compuesto por torpedos Black Shark Advanced de Leonardo y misiles antibuque Exocet SM-39 de MBDA.

Los submarinos fueron los primeros Scorpène en recibir un programa que permitió recobrar sus capacidades nominales originales de diseño. El primer refit se realizó en el SS-23 General O´Higgins y concluyó en 2016. Por su parte, el SS-22 General Carrera finalizó este programa en el segundo semestre de 2018. Ambas unidades incorporaron, además, en Asmar Talcahuano, un disipador de calor en la vela para reducir la firma térmica de los gases de escape.



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