Tal día como hoy, 25 de julio, pero de 1278, una flota perteneciente a la Corona de Castilla se enfrenta a otra del Sultanato Benimerín del norte de África. Los musulmanes ocupaban Tarifa y realizaban diversas expediciones en la costa de la península ibérica cuando se encontraron con sus enemigos en las aguas del estrecho de Gibraltar. Los benimerines salieron victoriosos del encuentro.
Los musulmanes habían desembarcado tres años antes en la península con el fin de ocupar la plaza de Tarifa. Desde esta posición salían diversas embarcaciones con el fin de investigar la costa peninsular. Ya en 1278, el rey Alfonso X de Castilla envió a la flota castellana para sitiar y retomar dicha plaza. 100 barcos mandados por Pedro Martínez de Fe se aproximaron para hacerse con el lugar. Los musulmanes mandados por el sultán Abu Yaqub Yusuf contaban con 84 navíos dispuestos a defender la posición.
La información jugó un papel crucial en la contienda, y es que la flota castellana, pese a que era más numerosa, se encontraba en un pésimo estado. El infante Sancho IV de Castilla se hizo, durante los meses anteriores, con gran parte de los fondos que iban destinados a la mejora de los navíos, impidiendo así que se realizasen las reparaciones pertinentes. Yaqub, consciente de esto, decidió lanzar un ataque directo con el que aplastar lo más rápidamente a sus enemigos.
La flota castellana sufrió prácticamente una destrucción total; de las bajas musulmanas no se han documentado datos, pero los historiadores concuerdan en que no debieron ser demasiadas.