Europa, Marruecos y Ucrania, en el punto de mira internacional de 2022
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Europa, Marruecos y Ucrania, en el punto de mira internacional de 2022

El nuevo año se presenta particularmente tenso en varios frentes con implicaciones militares que se han venido dibujando en los últimos meses
Saharauis tratando de derribar las alambradas marroquíes junto al muro (Ginés Soriano Forte)05
Saharauis tratando de derribar las alambradas junto al muro marroquí cerca de Argelia. Foto Ginés Soriano Forte / Infodefensa.com
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A lo largo del 2021 que acaba de concluir han ido tomando cuerpo una serie de acontecimientos en el ámbito militar mundial que llevan camino de protagonizar el año que ahora comienza. El acuerdo Aukus, firmado por Australia con Estados Unidos y Reino Unido, para el desarrollo de nuevos submarinos nucleares el pasado septiembre, y la consiguiente ruptura del compromiso previo suscrito con Francia, evidencian que la atención geopolítica mundial ha cambiado de eje. Si Europa marcó durante décadas el centro del tablero, ante todo durante la guerra fría, ahora el creciente poder chino ha vuelto las miradas del planeta hacia la región de Asia Pacífico. 

Ante el nuevo panorama, el viejo continente no contempla más salida que incrementar sus esfuerzos por procurarse una defensa propia, con menos ayuda de Estados Unidos. Paradójicamente, los desencuentros con Rusia no terminan, sino que muy al contrario suben a niveles verdaderamente peligrosos, al tiempo que al sur crecen las tensiones entre Marruecos y Argelia. Todos estos procesos son vistos con notable atención desde España ante un 2022 que no se augura nada tranquilo, y eso sin tener en cuenta las sacudidas de la pandemia, que continúa con notable incidencia, aunque afortunadamente menos muertes.

Planes nuevos para el viejo continente

La conciencia en Europa de que no queda más salida que incrementar los esfuerzos militares conjuntos se evidencia en las palabras del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, afirmando que este 2022 será “el año de la defensa europea”, según afirmó en el marco del encuentro con los 27 jefes de Estado y de Gobierno de la UE del pasado noviembre.

En esta línea, el director ejecutivo de la Agencia Europea de Defensa (organismo dependiente igualmente de la UE conocido por sus siglas en inglés: EDA), Jiri Sedivy, se refirió el pasado diciembre en una entrevista al nuevo cambio de panorama. “Estados Unidos estará mucho más involucrado en Asia-Pacífico, esperando que los europeos sean lo suficientemente capaces, y diría que incluso autónomos, como para cuidar la estabilidad en nuestro vecindario”. Su jefe directo, el alto representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la UE, el español Josep Borrell, aprovechó la pasada conferencia anual de la EDA, a principios de diciembre, para llamar a los países miembros a hacer “mucho más juntos en innovación de defensa y hacerlo ya”, dado el nuevo contexto.

Vuelve la amenaza del este

La mayor necesidad de autoprotección europea se incrementa ante la escalada de tensión en Ucrania. Rusia ha estado aumentando en los últimos meses la presencia de tropas en las fronteras con este país, del que teme que afiance sus lazos con la OTAN. Los expertos del Pentágono auguran que Moscú, que ya cuenta con más de 100.000 soldados en la zona, estará en disposición de invadir el país a finales de este enero. En el caso de que esa sea su atención, si bien podría tratarse de un órdago que de hecho ya ha logrado poner nerviosos a los países occidentales.

Rusia publicó hace unas semanas una lista de exigencias para rebajar la presión, entre las que se incluye limitar las actividades de la OTAN en los países de su entorno (la Alianza Atlántica tiene actualmente tropas en las repúblicas bálticas y Polonia) y que se descarte una posible adhesión a la organización de Ucrania y Georgia.

Más tensión en el sur

Por el sur, la situación más peligrosa llega de Argelia y Marruecos, al tiempo que ha dejado de llegar por esa misma vía buena parte del gas con el que se abastece España. Ambos procesos están ligados. Argelia mantiene cerrado el grifo del gas a Marruecos, por lo que por esa ruta ya no llega a España, por el desencuentro que vive con su vecino del noroeste, que ha llevado en buena parte a ambos a incrementar notablemente sus presupuestos militares.

El proyecto de ley de finanzas de 2022, presentado el pasado octubre por el nuevo gobierno marroquí, considerado centrista y próximo a la casa real, incluye un incremento de 505 millones de euros en el presupuesto de defensa para este año. De este modo, el gasto militar de Rabat alcanzará los 4.800 millones de euros. Se trata de un 11,76% más que la cifra fijada para el terminado 2021. El año anterior Marruecos ya elevó sus gastos militares un 30% respecto al ejercicio precedente.

La cifra prevista para su defensa el próximo año es la mayor registrada en la historia del país, y la primera vez que supera la barrera de los 50.000 millones de dírhams. El anuncio de este desembolso coincide con el citado momento de particular tensión con su vecino Argelia, que ya no le suministra gas, lo que hasta ahora realizaba aprovechando particularmente un gasoducto construido para hacerlo llegar a España. De este modo, como se ha citado, Madrid se ve directamente afectado por un desencuentro que ya acumula varios meses sin relaciones diplomáticas entre los dos países norteafricanos.

Por su parte Argelia ha previsto también un incremento de su presupuesto militar de 700 millones de dólares para este 2022. La cifra equivale a un aumento del 7,8% respecto a 2021, hasta los 9.700 millones de dólares (más de 8.350 millones de euros al cambio actual).

Además de la amenaza argelina, Marruecos se mantiene vigilante ante los enfrentamientos que vive con el Frente Polisario desde hace ya más de un año, y que continúan este 2022, a cuenta del disputado territorio de la antigua provincia española del Sahara Occidental. Argelia es también el principal baluarte del Frente Polisario, de hecho en su territorio se encuentran los campamentos de refugiados de los saharauis que huyeron en los años 1970, cuando Marruecos inició la ocupación de facto de dos tercios del antiguo territorio español. El tercio restante está en manos del Frente Polisario. 



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