Silam, el lanzacohetes con el que el Ejército de Tierra quiere potenciar su artillería
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Silam, el lanzacohetes con el que el Ejército de Tierra quiere potenciar su artillería

Países Bajos y Marruecos acaban de cerrar la compra de sistemas de este tipo de fabricación israelí y estadounidense, respectivamente
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Sistema Lanzacohetes de Alta Movilidad (SILAM) es el nombre que recibe el programa para dotar al Ejército de Tierra con artillería de cohetes más de una década después de que perdiera esta capacidad con la baja del sistema Teruel.

Este programa es uno de los 13 que el Ministerio de Defensa ha anunciado que pondrá en marcha a partir de este año dentro de un nuevo ciclo inversor para reforzar capacidades de las Fuerzas Armadas y recuperar otras, como es este caso.

El proyecto verá la luz en un escenario marcado por la guerra de Ucrania. Este tipo de sistemas, relegados a un segundo plano en los últimos años, han demostrado ser muy eficaces en el frente, lo que ha hecho que la demanda se dispare. Algunos países ya se han apresurado a cerrar la compra de lanzacohetes. En Europa, Dinamarca, y más recientemente Países Bajos, han apostado por el PULS, mientras que, al otro lado del estrecho de Gibraltar, Marruecos, que está inmerso en una carrera armamentística como la vecina Argelia, ha elegido el famoso Himars.

Se da la circunstancia de que estos dos modelos, el primero de la israelí Elbit y el segundo de la estadounidense Lockheed Martin, son precisamente los dos grandes candidatos al programa Silam del Ejército de Tierra. El proyecto todavía no tiene fecha para el lanzamiento y el Ministerio de Defensa apenas ha dado pistas sobre sus planes, aunque la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) trabaja en él desde hace meses. De momento, solo hay pequeña partida de 22 millones de euros para lanzar el programa en el presupuesto de Defensa de este año dentro del apartado Programas Especiales de Modernización, si bien la previsión del ministerio es destinar 290 millones de euros entre el periodo 2023-2028.

Lo que sí está claro es que Defensa apuesta por un programa con un alto componente de fabricación nacional. Es decir, con un papel protagonista de la industria española. Esta es una de las líneas que la nueva Estrategia Industrial de Defensa quiere reforzar. El objetivo es diseñar y producir siempre que sea posible en España y, si esto no es posible, adquirir una solución interina y a la vez promover el desarrollo de una alternativa nacional.

Propuesta de Expal y Escribano

El Ministerio de Defensa tiene desde finales del año pasado encima de la mesa una propuesta de las empresas españolas Expal, en proceso de venta a la alemana Rheinmetall, y Escribano para el desarrollo en España de un sistema lanzacohetes basado en el PULS (Precise and Universal Launching System) de la israelí Elbit Systems.

El proyecto contempla la transferencia de tecnología para el desarrollo por parte de empresas españolas del lanzador y la munición (cohetes y misiles). Las compañías plantean un lanzacohetes con un alcance desde los 40 km y 150 km con cohetes Accular y Extra, respectivamente, hasta los 300 km con el Predator Hawk. La batería se instalaría sobre un vehículo Iveco Astra 6x6 y estaría integrada en el sistema de mando y control Talos. El programa además incluiría la formación del personal responsable de su operación en el Ejército de Tierra y también el mantenimiento a lo largo del ciclo de vida.

Escribano fabricaría los elementos mecánicos, la hidráulica y la electrónica, así como la integración de sistemas blindados, de acuerdo con el plan industrial presentado en el último foro con empresas del Ejército en Toledo. Expal, por su parte, producirá componentes, los pod de lanzamiento y la munición. Por debajo habría diferentes subcontratistas como Iveco, responsable de la integración del lanzador en el vehículo Astra, o el consorcio de misiles SMS, encargado de conectar la batería con el puesto de mando. El prototipo del sistema podría ser una realidad en un plazo de 18 meses desde la puesta en marcha del programa, según los plazos que se manejan.



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